El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ha anunciado que Mitma ya ha puesto en marcha el nuevo modelo de inversión público-privada en carreteras, cuyo objetivo es abordar las actuaciones que la Red de Carreteras del Estado necesita.
Unas actuaciones que, según el ministro, permitirán alcanzar objetivos como mejorar la capacidad, funcionalidad, seguridad y nivel de servicio; reducir las emisiones de CO2 y los niveles de ruido; completar corredores multimodales de la Red Transeuropea; garantizar las inversiones necesarias en conservación y seguridad vial; y la transformación digital de nuestra red, la implantación de sistemas inteligentes de transporte, aparcamientos seguros y puntos de recarga para vehículo eléctrico y combustibles alternativos.
En el marco de este nuevo modelo, Ábalos ha anunciado que se va a someter a información pública el estudio de viabilidad de la concesión para la mejora de la autovía del Mediterráneo A-7 entre Alicante (Crevillente) y Murcia, que supone el paso previo para la licitación del contrato de concesión de la ejecución, conservación y explotación en este tramo de la A-7. Una actuación de cerca de 40 kilómetros en la que, principalmente, se trabajará sobre zonas que suponen cuellos de botella de la red actual.
El ministro ha asistido hoy, en Tarragona, al cale del túnel de Lilla, un importante hito dentro de las obras del tramo Valls-Montblanc (Lilla) de la autovía A-27, reactivadas en febrero de 2019, que cuentan con un presupuesto de obras de 143 millones de euros, y suponen 5,1 km nuevos de autovía, de los que 1,5 km discurren en túnel, y darán continuidad a los tramos en servicio de la A-27, entre Tarragona y Valls, hasta el enlace de Lilla.
La autovía A-27, una vía alternativa de gran capacidad a la carretera N-240 entre Tarragona y Montblanc, conectará el interior de Cataluña y el nordeste peninsular con el mar, desde una perspectiva multimodal, mejorando el flujo de comunicaciones por carretera desde y hacia el Puerto de Tarragona y la Petroquímica, acortando los tiempos de recorrido a través de una vía cómoda y segura.
Además, en paralelo a la ejecución de este tramo, el Ministerio sigue trabajando en el estudio del último tramo entre Lilla y Montblanc donde la A-27 enlazará con la AP-2. De hecho, el ministro ha anunciado que ya se está preparando la licitación de la redacción de su correspondiente proyecto.
Ábalos, en su intervención, ha recordado que en estos más de dos años y medio el compromiso y el esfuerzo inversor del Ministerio con las infraestructuras y el sistema de movilidad en Cataluña han sido incuestionables, como demuestran los presupuestos de este año para esta Comunidad, los más altos de la última década, con 2.400 millones de euros de inversión, la mayor de toda España.
De hecho, el pasado año y, a pesar de la difícil situación sanitaria, Mitma invirtió en Cataluña algo más de 800 millones de euros, un 35% más de las inversiones que se realizaban en esta Comunidad entre 2013 y 2018.
Un salto cuantitativo que, según el ministro, se traduce en compromisos cumplidos e importantes hitos en lo que respecta a la red viaria:
Además, el Ministerio sigue trabajando en proyectos como:
Y se avanza en la redacción de los estudios informativos de actuaciones muy demandadas, como son:
Además de todas estas actuaciones, el ministro ha subrayado que se mantiene el compromiso de no prorrogar las concesiones con pago directo del usuario y que, por tanto, el próximo mes de agosto, tras más de medio siglo de concesión y casi 20 años de prórrogas, quedará liberado el tramo restante de la AP-7 entre La Jonquera y Tarragona y la AP-2 entre Zaragoza y el Vendrell.
Por ello, Mitma ya trabaja en el estudio de necesidades tras la liberación y está preparando la licitación de los futuros contratos de conservación y explotación y de un nuevo centro de operaciones a cargo de los Presupuestos Generales del Estado.
Así, los usuarios de estos 474 km de autopista, casi el 80% de ellos en territorio catalán y que suponen más de 13 millones de vehículos/año, dejarán de pagar unos 500 millones de euros al año por su uso y se reducirán en un 40% los kilómetros de Red de Carreteras del Estado con pago directo por el usuario.
El origen del nuevo tramo de autovía se sitúa en las proximidades del núcleo urbano de Masmolets, en el término municipal de Valls, y finaliza en el enlace de Lilla con la N-240, en el término municipal de Montblanc, siendo la longitud total del tronco de 5.100 m.
El elemento más singular del tramo es el túnel de Lilla, formado por dos tubos gemelos de 1.485 m de longitud, uno por calzada de la autovía, intercomunicados por 6 galerías de evacuación (5 peatonales y 1 para paso de vehículos de emergencia
Para la excavación del túnel del Lilla, de gran complejidad técnica dada la alternancia y variedad de materiales atravesados (pizarras, conglomerados, areniscas, calizas, argilitas, lutitas, yesos y anhidritas), se han atacado los cuatro frentes de forma simultánea mediante la utilización de diversos métodos de excavación (mecánica y voladura) y sostenimiento (cerchas, bulones, paraguas de micropilotes y hormigón proyectado).
El túnel de Lilla estará altamente digitalizado y contará con un nuevo centro de control desde donde se controlarán todos los parámetros y se hará un seguimiento de la vialidad. La explotación de todas las instalaciones del túnel (alumbrado, ventilación, CCTV, DAI, megafonía, equipos contra incendios, SAI, grupos electrógenos, medidor opacidad, etc…) mediante un sistema integrado facilitará la actuación del operador y permitirá realizar un mantenimiento planificado de la infraestructura.
La situación actual de avance de los trabajos es la siguiente: